Una comparsa en el carnaval de Brasil para celebrar la dictadura y los torturadores

La foto de portada de la página “Bloco Porão do DOPS” (Bloque Sótanos del DOPS) muestra al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, único comandante de la dictadura condenado por torturas por la justicia brasileña. Foto: compartida/Facebook

BRASIL:  SEU CARNAVAL MAIS TRISTE

Una agrupación o bloque de carnaval (N. del T: el término “bloque” en Brasil hace referencia al grupo que encabeza un desfile) pretende rendir homenaje a uno de los lugares literalmente más sombríos de la historia reciente de Brasil: los sótanos del Departamento de Orden Político y Social (DOPS). Allí fueron torturadas cientos de personas durante la dictadura militar de fines del siglo XX.

El DOPS fue el principal órgano represor de la junta militar brasileña, que llegó al poder tras el golpe de Estado de 1964. Con el apoyo de los sectores conservadores de la sociedad y del Departamento de Estado de Estados Unidos, se depuso al presidente João Goulart, en aquel entonces visto como simpatizante del comunismo.

Según datos de la Comisión Nacional de la Verdad, al menos 1.800 personas fueron víctimas de torturas por parte de miembros del DOPS, la mayor parte sospechosos de albergar ideas o simpatías comunistas.

Moral evangélica contra el carnaval

El Carnaval, la fiesta más importante de Brasil, la de la inversión de los símbolos, con sus bacanales bañadas de samba y cachaça, arranca este año con un regusto moralista y hasta nostálgico de la dictadura.

Río de Janeiro dio el primer aviso de alerta.

Marcelo Crivella, el alcalde de la ciudad y obispo evangélico de la Iglesia Universal, no inauguró el carnaval del pasado año y para el de 2018 decidió cortar por la mitad el presupuesto de las escuelas de samba, al mismo tiempo que duplicaba el correspondiente a la publicidad del Gobierno.

La batalla de Crivella contra la fiesta que más llena de turistas su ciudad -alrededor de un millón entre extranjeros y nacionales- ha terminado en tablas. Las escuelas de samba han reciclado sus disfraces y alguna como la mítica Mangueira le ha dedicado el ‘samba enredo’ (canciones que componen cada escuela) de este año: «Yo soy Mangueira, soy Universal / pecado es no divertirse en Carnaval». El alcalde ha prometido que esta vez sí pisará el sambódromo de Sapucaí, pero ha dejado claro que «no para sambar (bailar samba) sino para controlar que todo funciona». A principios de la semana dio un consejo a los cariocas que ni los padres se atreven a dar a sus hijos cuando llegan estas fechas: «No beban mucho, modérense».

La guinda la ha puesto São Paulo, siempre más conservadora que la Ciudad Maravillosa y menos dada al humor. A mediados de enero se anunciaba la aparición de un nuevo ‘bloco’ de carnaval -como llaman a las agrupaciones que desfilan en las calles- con el nombre de ‘El sótano del DOPS’, en referencia al lugar en el que se torturaba a los presos políticos de la dictadura: «Habrá cerveza, opresión, carne, opresión y músicas de la dictadura», decían en su cuenta de Facebook. Lo que en un primer momento se pensó que podría ser humor negro después pasó a mayores cuando los propios creadores del grupo y líderes del movimiento Derecha Paulista, aclararon su mensaje: «Es un ‘bloco’ que celebra la vida del Comandante Carlos Alberto Ustra y del delegado Sergio Fleury, por haber limpiado el país de comunistas. Quien quiera venir a cazar comunistas que se una nuestra fiesta», decía Douglas García.

El Ministerio Público de São Paulo presentó un requerimiento para evitar que se divulgara el evento y que este sábado salieran a desfilar: «Su nombre hace apología a la tortura y viola los principios de la Justicia de Transición, es decir, el conjunto de medidas jurídicas creadas para consolidar el régimen democrático», señaló el Ministerio Público. Los organizadores del grupo mandaron «a Venezuela» a los promotores del Estado y esta semana al enterarse de que la jueza Daniela Pazzeti decidía mantener el desfile bajo el argumento de «defender la libertad de expresión», celebraron su victoria en las redes y duplicaron el número de asistentes al evento.

Los argumentos del gobierno actual como bandera.

‘El sótano del Dops’, con más 2.000 seguidores desfilará este sábado a partir de las dos de la tarde, pero tan sólo los participantes inscritos sabrán el lugar de partida: «No vamos a dejar que los comunistas nos ataquen y vamos a salir a defender un revisionismo histórico del régimen militar que fue la mejor etapa de Brasil», dice Douglas García.

Un mensaje que recoge mejor que nadie el diputado Jair Bolsonaro, conocido por defender la dictadura, y que hoy se postula como el segundo candidato favorito para las presidenciales de octubre.

El carnaval no ha sido la única expresión artística tocada por esta ola de gran conservadurismo. En los últimos cuatros meses el grupo de jóvenes de extrema derecha Movimiento Brasil Libre (MBL) ha promovido diversos boicots a exposiciones de arte contemporáneo que según denunciaban «hacían apología a la pedofilia». La fuerza de su discurso en las redes sociales provocó que al menos dos de ellas se cerraran y un artista ‘performer’ acabara en comisaría.

Según el filósofo y ex ministro de Educación, Renato Janine, el clima de odio que surgió a partir del ‘impeachment’ de Rousseff (golpe de estado según el PT) ha sacado a la luz una extrema derecha que no está interesada apenas en lo económico neoliberal sino en lo moral: «Es una pena que la gran derecha brasileña se haya diluido y hoy los que llamen la atención sean los extremistas intransigentes guiados por el rencor y la ignorancia», decía Janine en el diario ‘Nexo’. Ya el columnista de la ‘Folha de São Paulo’ hacía otra petición: «No metan más política y moralismo en el carnaval. Al menos durante estos días tenemos el derecho de fingir ser más canallas y sin principios de lo que somos».

Polarización política llega al carnaval y se olvidan de la futura proscripción de Lula Da Silva

El reciente auge de los movimientos de derechas en Brasil ha provocado fuertes disputas por el recuerdo de la dictadura militar.

Desde las protestas de 2013 —que desencadenaron una compleja serie de acontecimientos que precedieron a la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff en 2016– algunos grupos han salido a las calles y han utilizado las redes sociales para demostrar su apoyo al régimen y, en ocasiones, pedir el regreso de los militares al poder.

El político Jair Bolsonaro, precandidato a presidente en 2018 y uno de los más famosos defensores de la dictadura, no dudó en elogiar al coronel Ustra mientras votaba a favor de la destitución de Rousseff. Dilma Rouseff, activista política en su juventud, fue detenida por el régimen y llevada a la cárcel en 1970, donde fue víctima de torturas.

Los organizadores del bloque de carnaval Porão do DOPS afirman que la iniciativa es una respuesta al ya establecido “Bloque Soviético”, que desfila desde 2013 en referencia al socialismo con un nombre que juega con el término geopolítico “bloque”. En cinco años, el bloque pasó de ser una reunión improvisada de amigos de izquierdas alrededor de un carrito de supermercado a organizar un desfile con alrededor de 20.000 personas y una carroza.

Como cabía esperar, en internet se creó un gran debate sobre los dos bloques. Los usuarios cuestionaron la validez de igualar los dos regímenes y plantearon el posible tono satírico y autocrítico de la denominación “Bloque Soviético”. En Brasil, es común que en las redes sociales la gente de derechas llame “comunistas” a los de izquierdas de forma peyorativa. Tampoco es raro que les digan que se vayan a Cuba, un lema incorporado con entusiasmo en las canciones del Bloque Soviético.

El resultado final de toda esta «polarización del carnaval», resulta muy conveniente y funcional al actual gobierno de Temar, ya que distrae al ciudadano del verdadero problema que enfrenta hoy el Brasil y es la validez democrática de sus futuras elecciones en el caso que Lula Da Silva sea encarcelado y/o proscripto. 

FUENTES: 

http://www.elmundo.es/internacional/2018/02/09/5a7c2920e2704ed01f8b466e.html

https://es.globalvoices.org/2018/01/30/grupo-de-carnaval-ofrece-cerveza-carne-y-represion-para-celebrar-la-dictadura-militar-de-brasil/

3 pensamientos en “Una comparsa en el carnaval de Brasil para celebrar la dictadura y los torturadores

  1. He leído otro comentario en internet respecto de la influencia de las así llamadas iglesias evangélica en Brasil y su penetración económica en latinoamérica y también opino que lo importante de esta noticia es que refleja el auge que está teniendo en todo Brasil éstas «iglesias evangélicas» que han conseguido poner de alcaldes a sus propios ministros, hasta en la gran ciudad carioca.
    Y estas «iglesias» llevan adelante una evangelización casi fanática, que abarca todos los aspecto de la vida y de la economía, de lo cual sacan provecho muy lucrativo sus pastores. Profundamente anti-católicos,anti-izquierda,anti-carnavales y con lazos evidentes con pastores de EE.UU, controlan cualquier desviación de la doctrina capitalista y cipaya que quieren instaurar en latinoamérica. Están barriendo a la iglesia Católica de Latino-américa ,ese fue uno de los motivos que se eligiera a un Papa sudamericano ,para intentar frenar la sangria que están teniendo en todo el continente americano.

  2. El avance de la derecha conservadora en América Latina no se detiene. Primero tenían que llegar al poder de la manao de los medios de comunicación, la derecha conservadora y las multinacionales, y lo hicieron. El segundo paso es la provocación para tratar de instaurar en la gente el miedo. El tercero obviamente es la opresión y la permanencia en el poder para una clase política y la desmesurada sed de ganancias para una clase económica cada vez más pequeña. Como reza aquel viejo proverbio: el mundo es una torta donde el 90% de la gente vive con el 10% de la riqueza y el restante 10% (o menos) de personas se comen el 90% de la torta. Parece un trabalenguas pero no lo es. Saludos.

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